martes, 14 de septiembre de 2010

SIN TRETAS NO HAY PARAÍSO

“Hay que redefinir el concepto de ciudadanía (con la ayuda del pilar ideológico) y hacer pleno uso de unas redes de información interactivas y fácilmente manipulables para crear la ilusión de la participación popular en la toma de decisiones. Una vez más, las herramientas de control político han de seguir siendo en su mayor parte invisibles para los controlados, pues de otro modo la gestión planetaria e incluso el funcionamiento sin trabas del mercado fracasarán.”
(Susan George, “Informe Lugano”, 1999)

Quizás experimente usted una sensación a medio camino entre el mareo y el tedio cuando trata de hacerse una idea de cuál es la situación económica actual a través del ruido mediático. Tal vez columbre con desazón estar perdiéndose algo al contrastar las diversas opiniones sobre sus causas, entresijos y soluciones. Es posible incluso que sienta cierto hastío al observar la complacencia con la que tantos expertos glosan, casi siempre a posteriori, el hilo causal de los acontecimientos, encantados de haberse conocido.

Resulta obvio que quien fija el foco de atención, esto es, los parámetros del debate, está determinando las posibilidades de elección y, por tanto, el resultado final. Se habla de políticas keynesianas y “austerianas”, de banqueros centrales, de Basilea III, de derivados financieros, de hedge funds, de deuda soberana, de burbuja inmobiliaria, de los efectos perversos de la globalización... Y sin embargo a veces se tiene el pálpito de que hay algo que no encaja, de que ciertas piezas del rompecabezas nunca se mencionan. ¿Y si todo fuera más sencillo? ¿Y si el nudo gordiano del asunto (sin menoscabo de la importancia de los temas mencionados anteriormente) residiera en otra parte? Me atrevo a aventurar una hipótesis: los paraísos fiscales tienen algo que ver. Por decírselo con claridad, mi intuición es que si se impide disfrutar del producto del expolio, los incentivos para robar también desaparecen. Un par de datos que me provocan cierta inquietud y que estoy por apostar que desconoce (disculpe la osadía, pero es que no se divulgan, no es culpa suya):

-          Según el FMI, el 25% del PIB mundial reside en paraísos fiscales.

-          En opinión del comisario europeo de Fiscalidad y Unión Aduanera, Lászlo Kóvacs, sólo la Unión Europea pierde cada año 250.000 millones de euros debido a la evasión fiscal (casi el 2% del PIB comunitario todos los años).

A pesar de ello, la OCDE, después de la cumbre del G-20 en Londres, ha hecho desaparecer prácticamente de su lista todos los paraísos fiscales más significativos. ¿Cómo es posible? Pues porque el criterio que fijó para dejar de ser paraíso fiscal es que bastaba con firmar un mínimo de 10 acuerdos de intercambio de información fiscal bilateral con otros 12 países, con independencia de su tamaño o de si esos países eran también paraísos fiscales.

Como colofón, un hecho del pasado miércoles 1 de septiembre que al parecer no es noticia: Suiza (ese estado europeo rodeado de países pertenecientes a la Unión, con la que goza de convenios económicos especiales y que es uno de los principales centros de blanqueo de capitales del mundo) seguirá sin facilitar las cuentas bancarias de los evasores fiscales. En efecto, su gobierno aprobó (sin ruido) una nueva normativa de regulación del secreto bancario que niega la asistencia administrativa a los países que reclamen la transmisión de datos bancarios para evitar la “pesca indiscriminada”. O reformulándolo de forma que se entienda: que ha de estar probado que el infractor lo es para solicitar los datos que lo demuestran (¿?). Y esto en cada caso concreto para evitar que se capture a delincuentes de forma indiscriminada (¡!). Todo ello, claro está, de acuerdo a las convenciones de doble imposición revisadas por la OCDE... 


Otro hecho que tampoco es noticia: ningún estado ha reclamado sanciones comerciales ni de ningún otro tipo.

A mi me da que pensar. ¿Y a usted?



Nota.- Si le ha gustado, le agradecería que hiciera un donativo a los que más lo necesitan, que no son los bancos:

http://www.eacnur.org/06_previa_donacion1.cfm?idSeccionMenu=3

6 comentarios:

  1. A mí, más que pensar, me da que llorar. Pero no lloro, porque ya soy mayorcita.
    El Informe Lugano, de Susan George, es efectivamente de una clarividencia espeluznante. Han pasado veinte años de su publicación y aquí estamos, cumpliendo sus postulados como si fuera mandato divino.
    Yo me pregunto algunas veces qué es lo que nos falla a algunos para que no nos parezca bien que existan los paraísos fiscales y toda esa basura. ¡Ay!

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  2. Será que somos unos inadaptados...

    Y sí, lo del libro de George es increíble. Más de diez años después y la ficción (?) es realidad punto por punto. Por cierto, gracias por recoméndarmelo (creo que fuiste la primera persona que lo hizo).

    Claro que avisos "en el mundo real" también hemos tenido. En USA, el caso Enron fue un claro anticipo de lo que se nos venía encima. El gobierno Bush decidió proclamar leyes inservibles (la Sarbannes-Oxley sobre todo), elegir chivos expiatorios (principalmente Arthur Andersen) y, básicamente... Pues mirar hacia otro lado y dejar que el sistema corrupto que se había detectado siguiera marchando a toda máquina (lógico, medio gobierno había formado parte del Consejo de Enron).

    Y aquí... En mi humilde opinión nada tan revelador como el caso Sintel: una multinacional (Telefónica) que en un momento dado decide hacer un fraude de ley permitido por el gobierno (de Aznar) para vender por nada una empresa a un buitre (Mas Canosa) tras haberse apropiado del fondo de comercio de la misma. Se disminuyen costes (sobre todo porque no se pagan las cuotas de las seguridad social de los trabajadores ni se les indemniza por despido) externalizando el servicio, se privilegia a los amigos... Y a correr. Lo de Marsans ahora es casi exactamente igual, y eso sólo por citar los casos más conocidos.

    El mundo cada vez es más injusto y asimétrico. Todas las estadísticas lo muestran. Y curiosamente, los culpables resulta que son los pensionistas y los asalariados (sobre todo si son extranjeros, y no digamos ya si encima pertenecen a otra etnia).

    Bueno... Perdón. Creo que me repito.

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  3. Perplejo: No te repites. Lo que pasa alrededor nuestro, sí.

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  4. La realidad es una gran plagiaria, sí...

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  5. No sé si seguirás por la Germania. Por si acaso, no me resisto a adjuntarte esta pequeña nota maliciosa de Carlos Carnicero sobre nuestros viejos amigos de FAZ. Que la disfrutes.

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  6. http://www.ccarnicero.com/machismo-made-in-germany

    Siempre se me olvida lo esencial...

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